.: ANTECEDENTES FAMILIARES DE MARIO BAHAMONDE SILVA

lunes, 2 de julio de 2007

ANTECEDENTES FAMILIARES DE MARIO BAHAMONDE SILVA

ANTECEDENTES FAMILIARES

a) Línea materna:

Don Manuel de Silva, natural de Portugal y de oficio minero y de alma aventurera, llegó a Copiapó en 1870 “y tantos” atraído por el auge regional. En esta cuidad contrajo matrimonio con doña Candelaria Pérez, natural de la misma localidad. El matrimonio vivió en Copiapó y diversos minerales de la región hasta que el auge minero de Taltal hizo que la familia se trasladar a ese puerto más o menos en 1879 o 1880. La familia vivió sucesivamente entre el puerto y el mineral de Cachinal de la Sierra, localidad en que nacieron algunas de sus cinco hijas. Estas cinco hijas fueron: Filomena Silva Pérez, Consuelo Silva Pérez, Rosa Silva Pérez, Amelia Silva Pérez y Zulema Silva Pérez.Doña Candelaria Pérez, hija de mineros “pudientes”, enviudó poco después de la 1891, cuando la revolución antibalmacedista destruyó el comercio minero y don Manuel se vio obligado a aventurar derroteros por las serranías. Murió asesinado en una emboscada. Las referencias a este “salteo” (asalto) corrieron de boca en boca por los centros mineros, pero el cadáver nunca fue encontrado, a pesar del interés de la colonia portuguesa, de los afanes consulares y de dos caravanas que se organizaron. Doña candelaria Pérez falleció, anciana, en Taltal.Doña Filomena Silva Pérez, la hija mayor, se casó en Taltal con el profesor de matemáticas Gregorio Medel, quien llegó a ese puerto salitrero a trabajar en el Liceo, donde se juntó con otro profesor llamado Antonio Bahamonde López. El matrimonio residió algunos años en Taltal y luego se trasladó a Concepción, tierra de origen de don Gregorio Medel. Aquí trabajó también en el Liceo. Tuvieron tres hijos: dos mujeres (Guacolda y otra más) y un niños que murió de corta edad. La Guacolda fue farmacéutica y tuvo farmacia en Concepción y en Santiago. Se casó con árabe penquista.Doña Consuelo Silva Pérez, la segunda hija, se casó en Valparaíso con don Juan Muñoz, empleado de la Compañía Sudamericana de Vapores. Tuvieron una hija: Juana Muñoz Silva, quien se casó con “uno que ha sido marino”, Lillo y que anduvo de capitán de puerto en Taltal, Iquique y otras localidades. Doña Consuelo falleció anciana. Y don Juan Muñoz se murió más allá de los 80 años.Doña Rosa Silva Pérez, vivió sucesivamente en Taltal, La Serena y Santiago. Constituyó familia –sin casarse todavía- con don José Macchiavello, natural de Génova de esta localidad. Sus hijos fueron: Roque Macchiavelo Silva, Ema Macchiavello Silva, Jorge Macciavello Silva, Yolanda Macchiavello Silva y Consuelo Macchiavello Silva. La residencia en La Serena de esta familia se debió “a la situación” y los mejores colegios. Las niñas estudiaron en Los sagrados Corazones. El traslado a Santiago se debió a la mejoría de situación económica y al ensanche de trabajo de sus hijos. El matrimonio con don José se realizó en esta capital, con los hijos grandes. En la actualidad, con excepción de Consuelo, todos han fallecido y ninguno tuvo hijos (1976). No conozco la situación de la que permanece viva.Doña Amelia Silva Pérez, tiene la siguiente Fe de Bautismo: Arzobispado de La Serena. Parroquia de Copiapó. El presbítero don Alejo Gálvez, Cura y Vicario de la parroquia de nuestra Señora del Rosario de Copiapó, certifica que a fojas 474 del Libro 31 de bautismos, se encuentra la partida del tenor siguiente: En esta Iglesia Parroquial de nuestra Señora del Rosario de Copiapó, a diez de junio de mil ochocientos ochenta y siete, el teniente cura Tomás Gerardo, con mi autorización, bautizó bajo condición, puso óleo y crisma a Amelia Aurora, nacida a nueve de agosto de mil ochocientos ochenta y cinco, hija legítima de Manoel da Silva, natural de Portugal i Candelaria Pérez, de Copiapó, i domicialiados de Cahinal. Fueron padrinos Francisco Sierralata, representado por Remigio Sierralta i Amelia Olivero de Sierralta. Se procedió a hacer este bautismo con la autorización del cura inspector. Doy fe. (Fdo.) Amdaor Cuadros. Doña Amelia Aurora, entonces, nació en Cachinal y residió en Taltal en su juventud. Aquí se casó con don Antonio Bahamonde López, natural de Castro, Chiloé, quien llegó a Taltal en 1906 a fundar el Liceo junto con su primer rector, Manuel Barros Castañón. Era profesor primario y estudió en la Escuela Normal de Valdivia. El matrimonio tuvo dos hijos: Olga Bahamonde Silva, que falleció de un año de edad, y Héctor Mario Bahamonde Silva, el más sufrido de los Bahamonde. Nació el 17 de abril de 1910. ¡No lo olviden!Doña Zulema Silva Pérez: viajó a Santiago cuando su hermana Consuelo se trasladó a Valparaíso por razones de trabajo y cuando su hermana Filomena se trasladó a Concepción junto con su marido, don Gregorio Medel. En santiago se casó con alguien cuyos antecedentes no conozco, puesto nunca lo vi. Esta persona tuvo alguna figuración política. El tuvo un hijo, a quien vi una sola vez.En general, la familia permaneció relativamente unida, a pesar de vivir disgregada entre Taltal (y después Antofagasta), La Serena, Valparaíso, Santiago y Concepción. No hubo disenciones ni discordias de alguna naturaleza. Fue familia pobre, especialmente la época de viuda de doña Candelaria Pérez con sus cinco hijas. Conocí a don Francisco Sierralta, el padrino de Amelia Aurora, pero él ya estaba muy viejito y yo era muy niño. Pertenecía a una famosa familia Sierralta, de Copiapó, con algunas pertenecías importantes. Sólo en una pequeña temporada vi a las cinco hermanas reunidas, en Santiago, al final de mis estudios secundarios en el Barros Arana. Una de ellas, Filomena, había venido especialmente desde Concepción para esta oportunidad. Y Consuelo viajó desde Valparaíso para cumplir con la cita, y acarreó a su marido, el “vaporino” Muñoz.


b) Línea paterna:


Don Belisario Bahamonde García, chilote oriundo de Castro, fue un descendiente de una familia tradicional de la isla, cuyo abuelo fue español. Vivió toda su larga existencia en la región, dedicado a actividades comerciales en Castro, la aldea de Dalcache, Osorno, Puerto Montt y otras partes. Su comercio fue próspero y llegó a tener fortuna en varias etapas, la que perdió por varias razones: quiebra fraudulenta del Banco de Osorno. Incendio de la cuidad de Castro, malas inversiones, etc. En una etapa fue capitán de puerto en Melinka, una isla al sur de la isla grande de Chiloé, donde se dedicó a la exportación maderera, junto con los siete mineros que componían la dotación y que era el total de la población de esa isla austral, barrida por temporales. Se casó con doña Zoila López, niña de familia acaudalada “ a la manera chilota” , o sea, dueña de tierras y de recursos agrícolas. El actual estadio de Castro se construyó en los terrenos de la chacra de este abuelo y fuera de Castro, en el campo, estaban las tierras de producción. Un “corrido tradicional”, recogido por el Instituto de Investigación Musical, recuerda a don Belisario en sus trances aventureros de esos años. Don Belisario tuvo su primer hijo Germán Bahamonde. Fue un hombre de trabajo que se desempeñó como aduanero de Punta Arenas, Coquimbo y otras partes. Del matrimonio resultaron los siguientes hijos: Aurelia (Yeya) Bahamonde López, Amalia Bahamonde López, Antonio Bahamonde López y Alberto Bahamonde López.Doña Zoila López, vivió solamente en Castro, dedicada a sus labores hogareñas. Sus restos reposan en el cementerio de Castro, en el mausoleo familiar, junto a los de don Belisario, su marido.Doña Aurelia (Yeya) Bahamonde López, llevó una vida retirada en el hogar familiar. No se casó ni tuvo hijos. Se sometió al tradicionalismo familiar de Chiloé.Doña Amalia Bahamonde López, después de la muerte de doña Zoila, su madre, fue la persona que “llevó la casa”, pues tenía un carácter activo y dominante. Manejaba caballos, coches, negocios, ganado, etc., y participaba activamente en la vida comunitaria de Castro. Se casó con don Alberto Andrade, comerciante, dueño de un gran negocio en la esquina cruzada de la plaza de Castro. Opuesta a la iglesia. Dicha casa comercial se conserva intacta, renovada y reacondicionada después de los incendios y terremotos que ha sufrido esa cuidad. De este matrimonio nacieron: Olga Andrade Bahamonde, Oscar Andrade Bahamonde, Raúl Andrade Bahamonde, Kety Andrade Bahamonde e Ida Andrade Bahamonde. Doña Amelia falleció a la edad de 87 años, en la misma localidad de Castro, sobreviviendo muchos años a su marido.Antonio Bahamonde López fue le menos “chilote” de esta familia de chilotes. Después de cursar sus estudios primarios en Castro se inscribió para la escuela normal de Valdivia, planteles que recién habían empezado a funcionar en el país. Le pidió a su padre, don Belisario, que le costeara los estudios al amigo de su infancia en Castro, Francisco Bohórquez, y ambos partieron a la cuidad del Calle Calle y completaron sus estudios de profesor primario. Al término de éstos, Pancho Bohórquez decidió “trabajar por su cuenta” en ganado en esa zona. Y Antuco o “El Chueco”, como le decían, partió al norte, a Taltal, en 1906. Taltal era entonces un puerto salitrero en auge, que había sido esencialmente minero hasta 1879, impulsado por José Antonio Moreno, y desde el comienzo de la Guerra del Pacífico, se convirtió en salitrero. Este auge hizo crecer la educación, lo que determinó la fundación del liceo. En este plantel, Antonio se desempeñó como bibliotecario y profesor de ramos técnicos: Gimnasia y Dibujo, más unas horas de Castellano. (Hay cita de su nombre en un tomo del Anuario del Salitre, de Domingo Silva Narro). Permaneció en este puerto hasta 1928, año de cierre del liceo por el General Ibáñez. En 1929 fue trasladado a Antofagasta, al Instituto Comercial, donde desempeñó horas de Educación Física y redacción Comercial, además, alcanzó el cargo de Inspector General, antes de jubilar por años cumplidos y por enfermedad. En Antofagasta, ya viudo, se casó en segunda náuseas con doña Mina Callón, de origen alemán. Falleció en Santiago. Está enterrado en el Cementerio General.Alberto Bahamonde López, fue traído a Taltala por su hermano Antonio cuando se vino del liceo. Aquí completó algunos estudios y, luego regresó a Valparaíso, a buscar trabajo. A los pocos años regresó a Taltal, pero como Contador del vapor Lautaro, de la Compañía Naviera Bohórquez Hnos., de Pancho Bohórquez. Esto significó un reencuentro con los amigos infantiles y pancho Bohórquez le regaló al “Chueco” un pasaje familiar en un camarote de primera para un viaje por toda la costa del país. Este viaje se cumplió en parte: Taltal, Arica, Taltal (con su hijo Mario) y Taltal Valparaíso toda la familia compuesta por las tres personas. Desde Valparaíso continuó el viaje familiar por tren hasta Puerto Montt y, luego, en vaporcito, hasta Castro. En estos barcos Alberto realizó varios viajes a Europa, desde, desde cuyos puertos se recibían en Taltal tarjetas postales. Después, ascendido a cargos mejores, se quedó en Valparaíso trabajando siempre en firmas navieras. Falleció en Valparaíso relativamente joven, sin haberse casado. No dejó hijos.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal